Ya no estas aquí.
Y sin embargo sigues estando.
Llegó el primer beso con unos labios distintos a los tuyos, y entonces me acordé de nuestra primera vez. Aquella tarde yo llevaba un jersey blanco a pesar del calor porque quería impresionarte. Estábamos en tu coche, en la despedida de nuestra segunda cita, esperando lo inevitable. Tú te abalanzaste y yo te hice la cobra. Luego siempre recordábamos aquel momento con gracia, porque lo que vino después fueron más de mil besos de verdad.
En la calle, la playa o la montaña.
En Alicante o en Paris.
En Alicante o en Paris.
En mi cama o en la tuya...
En miles de sitios distintos y nunca tuve suficiente.
Qué irónica es la vida: Dudaba si me enamoraría de ti.
Yo no quería algo serio porque pensaba que jamás podría corresponderte como tú lo hacías conmigo, y mírame: Días llorando cuando me dijiste adiós, porque cuando yo me enamore tú empezaste a dejar de hacerlo.
Y ahora mis nuevo futuros recuerdos me parecen pequeños comparados con los nuestros.
Yo no quería algo serio porque pensaba que jamás podría corresponderte como tú lo hacías conmigo, y mírame: Días llorando cuando me dijiste adiós, porque cuando yo me enamore tú empezaste a dejar de hacerlo.
Y ahora mis nuevo futuros recuerdos me parecen pequeños comparados con los nuestros.
Porque te quise.
Mucho.
Muchísimo.
Pero ya eres pasado.
Pero ya eres pasado.
21 de enero de 2019
No hay comentarios :
Publicar un comentario