lunes, 24 de septiembre de 2012

Lucas


—Gracias, Lucas —susurraste, con tus labios a penas entreabiertos, mientras mirabas el techo en la oscuridad de la habitación.
—¿Gracias?, ¿Por qué?
—Por todo. Gracias por regalarme amaneceres compartidos, y por ofrecerme un horizonte lleno de atardeceres. Gracias por estos últimos días, por estas horas y minutos, por los segundos que has estado a mi lado; por este mismo instante. Por todo —Repitió—. ¿Sabes? Tengo que confesarte, y lo digo con total sinceridad, que me he acostumbrado estas últimas semanas tanto a ti que no sé respirar si no estás a mi lado. Me ahogo, y duele.
Sentí mi corazón resquebrajarse. Quedé callado ante sus espontáneo borboteo de sentimientos guardados hasta entonces bajo llave en su pecho. Me hizo sentir como la lluvia de primavera que, inconscientemente, riega la vida haciéndola florecer. Nervioso, no supe qué decir. Miré el reloj de la cómoda, daban las doce y media de la noche y por un instante temí que mis padres, desde su dormitorio, hubieran escuchado las palabras de mi amigo.  Mis pupilas almendradas se movieron lateralmente hasta llegar a fijarse en él, que seguía sin mirarme. Miles de pensamientos planearon en mi mente ahogándome en dudas, miedos, deseos, esperanzas y un largo etcétera que no sabría definir. Y yo, en un acto de valentía, conseguí formular la pregunta gravada a fuego lento en mis entrañas.
—¿Te... estás enamorando?

Silencio.

—...No lo sé. O realmente no quiero saberlo hasta ser consciente de lo que piensas, hasta saber si te importa un mínimo Sus palabras dolieron por un momento. Pasé de sentirme lluvia primaveral a lluvia ácida.
—Me importa si es amor.
Sus ojos azules por fin se fijaron en mí.
Dime, ¿Es amor soñar con estar siempre a tu lado?, ¿Es amor querer abrazarte para no soltarte nunca más y desear, como un estúpido, que cada día  tus labios busquen los míos?, ¿Es amor saber que, aunque decidieras dejar de hablarme, seguiría sintiéndome el hombre más afortunado del mundo simplemente por dormir esta noche contigo?, ¿Es amor que esta pequeña y maldita distancia que nos separa ahora mismo duela como una desgarradora, letal y dulce puñalada? —Sus labios temblaron por un instante—, ¿Es amor, Lucas?, ¿...Lo es?
Su pregunta voló en el espacio y tiempo para quedarse en lo más hondo de mi ser mientras sentí mi alma morir para luego, casi al instante, renacer entre lágrimas. Con el corazón en el puño bajé la húmeda mirada. Podría haberle dicho que cada noche había soñado con oír esas palabras salir de su boca, e incluso podría haberle recitado el poema de Bécquer con el que tanto me había sentido identificado, y después, sin duda, haberle besado allí mismo. Una y otra vez hasta saciar mi sed, hasta hacerle saber que era suyo ahora y siempre, incluso antes de que me hubiera dicho todo ello. Sin embargo, sólo pude mover mi mano entre las sábanas y entrelazarla con la suya para luego llorar.
—Es amor.


24 Septiembre 2012


7 comentarios :

  1. Muy bonito :3
    hacia tiempo que no leía nada tuyo, pero me ha gustado mucho tanto que casi me pongo otra vez a escribir yo! x)

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado mucho Ángel. Has expresado como se siente estar enamorado y eso es algo muy difícil de lograr, pero creo que lo has hecho bien :) Además la música que has puesto de acompañamiento lo hace todavía más emotivo. Geniaaal!!!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias chicas por pasaros y comentar!
    Me encanta leer vuestros comentariooooooos! :)

    ResponderEliminar
  4. Ay, se me han saltado las lágrimas, joder.
    (por cierto, muchas gracias por el comentario que me dejaste, de verdad)

    Besitos.

    ResponderEliminar

Seguir

AntiCopia